Actualmente, la piratería en la red es un tema polémico que afecta a toda la sociedad de forma generalizada. El gobierno francés ha puesto en marcha la identificación de los usuarios de internet que descarguen material protegido con copyright. En caso de ser identificado se impondrá una multa o una desconexión de la red. Este titular en el periódico, El Mundo, ha recibido muchas críticas.¿Deben seguir este camino el resto de los países?
Hace veinte años, a las personas que querían escuchar un disco no les quedaba otro remedio que comprárselo. Entonces existía discriminación, una persona pobre no podía escuchar la misma música que un rico. Hoy en día, la gran mayoría de los ciudadanos opta por ir a una página de uso compartido y bajárse la música gratis de internet. Esta es un práctica común entre todos y nadie lo ve como algo malo. A diferencia de la comunidad,de internautas, el gobierno ve esta actividad como algo negativo para un sistema sostenible, como lo es el de Francia.
Puedo estar de acuerdo con que las discográficas, al perder dinero por este factor, quieran parar esta bajada monumental, pero no pueden enfrentarse con la nueva tecnología, el internet. Porque perderán. Un periódico digital expresa en sus textos que la piratería en Francia ha aumentado un 3% desde que se implantó esta nueva ley.
Aunque esta ley se ponga en marcha, los internautas lo que haremos será emigrar a otras prácticas no cubiertas por esta ley, lo único que hace esta ley es que experimentemos con otras páginas. ¿Por qué comprar teniendo lo que queremos gratis? Con esta pregunta podemos pensar: sí todos descargáramos de internet de esta forma, ¿donde están los derechos de autor?, ¿existirá música en el futuro? Pues bien, lo que se está perdiendo en discos, se está ganando en conciertos que son más numerosos y generan más dinero a los músicos. También los superventas han dejado de estafar con el playback y han contratado a buenos músicos. De esto salen beneficiadas muchas partes. Finalmente, decir que las discográficas se están convirtiendo en organizadoras de conciertos, es decir, se están renovando para no morir.
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